viernes, 13 de abril de 2012

NUESTRO TRABAJO Y ORIGEN EN UGARTE

El antiguo Hospital, ubicado en el actual Ambulatorio, llevaba años en desuso. Las monjas de la Virgen Niña lo usaban para dar clases a los más chiquitines. Con la ayuda de la Iglesia, los entusiastas curas Luis Lezama y Félix Núñez, conseguimos el llamado "añadido" del edificio. Lo acomodamos y amueblamos muy rústicamente y montamos un "centro de JACE" (Jóvenes aspirantes a la Acción Católica Española). Era 1965 y la "iglesia" era casi la única manera de escaparse del "movimiento" de manera legal. Los Leones, Los Piratas y Los Apaches fueron los tres grupos de chavales que competíamos allí. Entretenimiento y deporte, cultura y un poco de religión. Era otra educación para la selva de la vida.

Desde los 18/20 años de los que lo dirigíamos bajando a todas las edades. Y como estábamos en Ugarte, que estaba muy lejos "del pueblo" los del barrio eran mayoría. Hacíamos casi de guardería para los más peques. Y del deporte y la cultura, con el "invento" de las cuadrillas viramos hacia la fiesta vasca, la cultura euskaldún de las danzas. El veterano Canico, dantzari en la legal República, nos empezó a enseñar con el único txistu de sus silbido. Después Xabier Arebiotorre y..., que habían bailado en el quizás más afamado grupo vasco, el de Galdakao, y fundado el Etorki de Ugao, con la ayuda del txistu de Xabier de la Torre continuaron como maestros de danza vasca.

Como ya he citado en otros apuntes, en 1966 no nos considerábamos suficientemente preparados. No queríamos ser una simple cuadrilla de fiestas, con la diversión como casi único objetivo. Pretendiamos sembrar nuevas ideas o resucitar las antiguas y de siempre de nuestro pueblo Euskal Herria. Nos llamaban los del Centro o los de Ugarte. Y en Fiestas 66 hicimos algunos "pinitos" de protesta, demasiado valientes y arriesgados para la época.

De mi "Diario de un Veinteañero de los Setenta" entresaco este texto: "Nochevieja 31.12.1966:  pequeño guateque en casa de B.R. después del partido, de 8 a 9,30 h. A las 12,30 cinco de la cuadrilla vamos a misa. Poco ruido. ¡A las 3!" Sólo es un flash que marca las costumbres de la época. Las horas, obviamente son nocturnas. El regreso a las 3 de la madrugada era una auténtica excepción, probablemente ganado y justificado por la misa. ¡Es para situarse!

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