Aunque se habían barajado también San Sebastián y Santander, la decisión de Mendavia como excursión de fin de temporada se impuso claramente porque allí teníamos "conocidos" y aún quedaban fuerzas y ganas de juerga y vaquillas.
Fuimos 58, todos impecables vestidos de Cuadrilla, sólo nos fallaron los txistularis. Paramos en Santa Cruz de Campezo y Los Arcos. Ya nos esperaban, por lo que fuimos recibidos "con honores". Nuestros colores verdiblancos se hermanaron de madre y padre con los navarricos rojiblancos. Me acuerdo más del zurracapote y las vaquillas (¡madre, qué grandes eran!) que de los espárragos a los que también fuimos invitados. Debimos de dejar buena imagen, porque nos reclamaban los años siguientes ¡Claro que regresamos un poco menos inmaculados!
No hay comentarios:
Publicar un comentario