Era evidente que Amurrio se quedaba atrás en demasiadas cosas. Y en las fiestas era donde más se veía. La Cofradía llodiana (ahora laudiotarra) nos pisaba cada año más en las fiestas, y sin citar "Santa Lucía" o el "Viernes de Dolores", con el "ochomayo" orduñés como claro rey festivo de la primavera.
Y había una cosa... las "cuadrillas" que animaban el cotarro y daban vida y nombre al pueblo. Los Arlotes, Rakataplá, Peña La Barca... nos llevaban años luz. Y los jóvenes lo sabíamos y lo veìamos, pero no conseguíamos que nos hicieran caso. Porque habíamos disfrutado y estudiado las de Llodio, Vitoria, Pamplona... Y el alcalde y su consistorio, más vale tarde que nunca, se tuvieron que dar por enterados por fin y en 1966 convocaron el I Concurso de Cuadrillas, lo que depararía en unas nuevas Fiestas de Amurrio.
Euskotarrak, El Follón, Trot-Art y Los Intocables iniciaron el camino.
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