jueves, 26 de abril de 2012

LARRINBE Y ARETA

25.07.68 Jueves. Romería de Santiago en Larrinbe.

A la fiesta vasca, de barrio o pueblo pequeño con iglesia, que ya venía de lejos, la llamábamos romería. El nombre viene de los que iban andando a Roma antaño, los romeros. Aquí sólo íbamos y regresábamos  a pie y por camino, carretera o monte. Con la "maleta seca", decíamos en Ayala, el "bocata" de hoy. Y si la organización ponía algo para comer y beber, mejor que mejor. De sol a sol, que al anochecer apenas había luz eléctrica ni más decibelios ruidosos que los del txistu y tamboril, acordeón y trikitrisa con sus derivados y pequeños complementos.

Del 1968 que escribo, recuerdo como importantes en nuestro inmediato entorno, la de Santiago en Larrinbe y la de San Babilás en Murga. Porque Etxegoien ya tenía perdida la de San Miguel del ocho de mayo. 

Fuimos andando toda la cuadrilla a la de Larrinbe, en un día de sofocante calor. Bailó media hora el grupo de danzas Y animamos la merienda de la tarde con nuestro txistulari. No recuerdo si al anochecer  hubo más música de altavoces. Porque también los músicos se iban modernizando. Y los empezábamos a llamar orquestas.

27.07.68 Sábado. Las fiestas de Areta.

En aquel decenio despertó con fuerza en el Valle de Llodio un nuevo barrio peculiar, que la necesidad le hizo unirse a tope para luchar... contra Llodio!.  Areta Beti (Areta siempre, en erderas) juntó a toda la juventud y se hizo con la fuerza popular. Aquella gran cuadrilla, en número y en ideas, cambió sus fiestas y más cosas. Su nombre atravesó fronteras. El Campeonato de Euskadi, de España y Mundial de Carreras de Burros no se ha perpetuado como la "Cofradía de San Roque en Llodio", pero varios años nos sorprendió. Aquellas fiestas de Santiago y Santa Ana ya no eran romerías, eran "las fiestas de Areta".

Ese día y año hicieron una convocatoria de Cuadrillas, a la que asistimos las de cuatro de Amurrio, ataviados con nuestros trajes de gala. La merendola que nos prepararon de tortillas y vino Ardau (la primera gran fábrica de vinos que pusieron en Euskadi varios vinateros bilbaínos) nos pusieron el el "punto" para animar la fiesta ese sábado.. Los  55 de Dantza metimos mucho colorido y ruido.  Per Bat, encargado ese día del bombo, perdió el último tren. Al regresar en el de las 7 de la mañana del domingo, ataviado de dantzari y con el voluminoso instrumento, los pescadores y montañeros le miraban alucinados.

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