jueves, 26 de abril de 2012

LA FIESTA DE ETXAURREN (8.09.68)

El entusiasta cura Don Javier nos estimaba y nos necesitaba. En Dantza Lagunak había mucha sangre y raices ayalesas. En su aventura futbolera también contaba con algunos de nosotros, los que futboleábamos en el Amurrio Club y en el Ayala C.F. No sé si ya entonces Nuestra Señora de Etxaurren  estaba "consagrada" como Patrona de Ayala. Desde luego sí lo era en la práctica para los de la Sopeña y Amurrio. Más abajo, los de Llanteno y su comarca defendían a La Blanca, a la que celebraban el 6 de agosto.

En aquella atalaya de Menoio, sin carretera terminada por la mala administración de los fondos de la benefactora varias décadas atrás, se celebraba fiesta grande el segundo domingo de septiembre, el más cercano después del día de la "Natividad de la Virgen". Ese año el mismo día. Subían las familias con los burros y las alforjas llenas de comida. Romería, romería. Misas y rosario, folklore y bebida, deporte y espectáculo... y todo costeado con poco más que una rifa y el gran esfuerzo de unos pocos y bravos organizadores y sus colaboradores.

Nos comprometimos antes del 22 de agosto, que lo empezamos a trabajar un poco. El grupo de danzas tuvo que ensayar y aplicarse de nuevo. Y llegamos al día con un convencimiento y colaboración desigual. Un diez para los dantzaris, que sacaron lo mejor de su repertorio en aquella campa de hierba desigual no apta para maravillas. El día 6 contratamos a la orquestilla "Maroto y su conjunto", el 7 subimos con el cura a preparar la ermita, el bar y la campa. Un viejo GMC de la Primera Guerra Mundial, probablemente el más viejo de la comarca, que Sebas el de Oquendo usaba para el monte, nos subió las bebidas, agua y complementos para el bar. Hay que recordar que en Etxaurrren no había agua, ni siquiera cerca ni estancada, hasta la fuente de Legutia en Menoyo. Salimos adelante en un día espléndido y de calor, mejor para la barra del bar que para organizar festejos. Y hasta muchos nos halagaron  con piropos de "mejor que nunca". ¡Mentirosos!

La bajada con el camión fue épica. De noche, con el camión mal cargado y los cargadores y el conductor con más "carga" de la conveniente. Nos sobró mucha bebida, que la fábrica de licores de Amurrio no nos recogería. Nos quedó para demasiados guateques.  Debimos de empatar o cuadrar los costos con los gastos, porque no nos quedó ni para una merienda,  nuestra más humilde aspiración  Pero el año siguiente volvimos a organizarla... y con éxito y beneficios.

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